lo cuali en un enfoque comparado...
Hablando con Kip Jones, comentábamos acerca de los diferentes enfoques de los cuali y lo cuanti y de cómo, aún en los tiempo que corren, las prácticas positivistas son un territorio común para evaluar el rendimiento científico en general. En realidad, en la conversación estábamos contrastando dos sistemas científicos distintos como son el inglés (o anglo, en un sentido amplio) y el español.
Yo argumentaba sobre las dificultades de hacer investigación cualitativa en el contexto académico español. Me basaba en experiencias negativas sobre el proceso de evaluación. En el momento de presentar el informe de una investigación con un alto componente cualitativo (lo que en sí es ya un contrasentido) es necesario resaltar los datos “duros”, ya que dotan de cientificidad al conjunto de la investigación. Yo suelo emplear un determinado software para los análisis cualitativos que recurre a códigos y categorías para organizar el contenido de textos, imágenes y videos. El resultado de aplicar el software es un listado de tablas que presentan los vínculos entre el conjunto de significados ocultos en textos y/o imágenes. Esto permite analizar el contenido y presentarlo después como un todo ordenado que, de alguna manera, vendría a justificar las interpretaciones que hace el investigador. El problema viene cuando el agente evaluador se detiene especialmente en el proceso “duro” (las tablas o los árboles, con sus combinaciones binarias o la gradación entre lazos y nodos de contenido) y no en el proceso seguido por el investigador (en la variación de sus esquemas cognitivos, sus asociaciones de ideas o en la generación de conocimiento teórico).
Lo anterior es el territorio común en los clásicos debates sobre cuali/cuanti. Pero ayer Kip abrió una nueva ventana en la discusión. En realidad –decía- estamos ante un problema de enfoque. Yo no suelo emplear ese tipo de software, porque es excesivamente reduccionista. La investigación cualitativa pretende generar nuevas teorías a partir de hechos concretos. Mientras que la ciencia tradicional solo se ocupa de generalizar y estandarizar las innovaciones, lo cuali pretende encontrar alternativas a lo convencional y para ello parte de las formas en las que se (re)presenta el mundo [naturalmente, añadirían Hammersley y Atkinson].
Lo que Kip viene a decir (desde luego, en la línea de Denzin, Corbin y la teoria fundamentada) es que toda pretensión de regularizar lo cualitativo a un esquema de normas finales es inútil. Es posible generalizar procesos, pero no formas de presentación de productos de investigación. Esa es la base de la investigación cualitativa y la normativización la base del positivismo.
Actuar así desde el púlpito que facilita un cargo de profesor-investigador conseguido en competencia en una universidad que mira por el rendimiento de su capital, es solo posible en sistemas científicos maduros como el de los anglos. En España es imposible trabajar competitivamente desde ese enfoque. Un profesor-funcionario puede hacerlo (por supuesto, un profesor-precario cometería un suicidio tratando de hacer investigador cualitativa), aun siendo consciente de ser deficitario para el resto de contribuyentes y, claro está, sin preocuparse en absoluto de la mejora de su rendimiento científico. Puede ser cualitativista yendo a su bola.
En España ser investigador cualitativo es ir a contracorriente porque los evaluadores-financiadores no comprenden ni valoran la lógica de los métodos cualitativos. Lo que aquí en Inglaterra es rentable, parece no serlo para los agentes españoles.
Seguimos
1 comment:
Ei, el tiempo que pase aquí, trataré de tener una visión foránea de los asuntos locales... al modo que haces tú haces con los españoles ;-)
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